M.V.M.

Creado el
22/8/2001.


Más cosas:
Larga introducción a la edición de 1972


Introducción a
CANCIONERO GENERAL DEL FRANQUISMO

Crítica, 2000

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN


    Tras la publicación de Crónica sentimental de España, en la revista Triunfo en 1969, parte de los materiales que utilicé para convertir la serie en el libro del mismo título editado por Lumen, fueron cancioneros que me propiciaron la elaboración de un Cancionero general que intenté publicar en 1972. Trataba de inventariar las canciones que habían alimentado el gusto popular durante la larga postguerra española, gusto en pleno retroceso a fines de los sesenta por la propia evolución de la sociedad receptora y por inevitable penetración de la industria cultural audiovisual extranjera. De la misma manera que la evolución social ponía en evidencia el desfase del aparato de poder franquista, podía hablarse de un gusto popular ya cumplido y proponer un cancionero general, balance que entonces no me atreví a recalificar como porque el libro habría sido secuestrado por el Ministerio de Información y Turismo. Editorial Lumen publicó el primer tomo dedicado a la evolución de las principales tipologías de la canción consumida en España desde 1939 hasta 1970 y quedó en suspenso un segundo tomo de otras canciones agrupadas según su diversificación temática. Las dificultades que opuso entonces la Sociedad General de Autores hicieron imposible la aparición del cancionero completo y he tenido que esperar casi treinta años a que Crítica se atreviera a acometer la edición de este Cancionero general del franquismo que trataba de ser el exponente de la relación entre una cultural popular dirigida especialmente a través de la programación radiofónica y el uso que de ella hizo el propio pueblo. La mayor parte de canciones seleccionadas pertenecen a la copla española, con aditamentos de boleros y canciones bailables de diverso formato, inscribibles dentro de la tendencia dominante.

    La obra era y es un compendio antológico selectivo, de cara a que el lector del siqlo XXI recuerde o asuma la prehistoria de una parte de la cultura popular española en la fase de preformación del mercado de la industria cultural, en un progresivo despegue del dirigismo autoritario del franquismo a la dictadura de la ley de la oferta y la demanda condicionada por las multinacionales de la canción. Respeto el texto y la estructura del inacabado Cancionero de 1972 y la complemento con un apartado, Pasión y muerte de la sentimentalidad franquista, en el que apunto, sólo apunto, el papel que cumplieron las llamadas nueva canción y canción de protesta como testimonios y causantes del desgaste del gusto alimentado por la cultura oficial. Especial importancia tuvo la llegada del cancionero de Paco Ibáñez dedicado a musicar poemas de autores heterodoxos y mal vistos por el Régimen que actuaron como referentes añadidos a la elíptica cultura de la resistencia. Reúno un breve ramillete representativo de estas canciones en castellano, pero hemos de ser conscientes de que la resistencia cantora sistemática y de calidad, la inició la nova cançó catalana en un doble frente pancatalán y antifranquista. El esfuerzo de Raimon, Llach, Serrat, Motta, Mª del Mar Bonet y tantos otros y otras, tuvo seguidores en España y Joan Manuel Serrat fue incluso uno de los letristas más significados de la nueva canción en castellano junto a las y los Aute, Serna, Víctor Manuel, Camacho, León. Esta nueva canción se acogía a referentes culturales extranjeros (canción francesa, canción italiana, baladismo anglosajón) pero en algún caso se percibe la sombra de la influencia de la llamada canción nacional y que no era otra cosa que la tonadilla convertida en la música de fondo de la propuesta franquista de un sentido de lo español. Esta nueva canción como género tampoco pudo luchar con fortuna contra la dictadura del mercado y apenas cumplida la transición democrática, los nuevos programadores del gusto, ahora ya demócratas, trataron de convertirla en una muestra arqueológica de cultura de la resistencia, empeño también desencadenado contra la nova cançó catalana. Algunas muestras excelentes de la evolución de la canción española enraizada en la tradición de la copla demuestran que es una línea por explotar a poco que recibiera un soporte mediático. Como ejemplo aporto la trayectoria de Carlos Cano y el long play de 1979, Galería de perpetuas y arrecogías de José Nieto y Pedro Cobos, magistralmente interpretado por Marisol.

    Pero esta es otra guerra que dejo a la responsabilidad ajena. Desde 1972 han aparecido dos obras singulares: la trilogía de González Lucini Veinte años de canción española, dedicada a glosar la canción del periodo 1963-1983, espléndido análisis crítico y los glosarios fenomenológicos y anecdóticos de Manuel Román, Canciones de nuestra vida y Memoria de la copla, en la línea de los trabajos anteriores de Álvaro de Retana. Yo doy por cumplida mi obra de inventariar las raíces de mi propia sentimentalidad plasmada en mis primeros libros de poemas, singularmente en Una educación sentimental, en Crónica sentimental de España y en este Cancionero general, frustrado en 1972 y por fin realizado y titulado según mis deseos originales: Cancionero general del franquismo.


Más cosas:
Larga introducción a la edición de 1972