M.V.M.
 


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Página número 111


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Nombre: HARO
E-Mail: haro999_EN_hotmail_PUNTO_com
Ciudad: barcelona
País: España
Fecha: 20 marzo 2006
  
Mensaje: Hola me llamo Albert Haro soy un fiel seguidor de estos magnificos escritores al igual que de sus numerosas obras. Me gustaria, si no es molestia, recibir todo tipo de información sobre estos escritores y de sus obras. Me apasiona este mundo, paginas asi me cautiban. Un saludo y espero una respuesta. Os dejo mi E-mail por si alguien esta interesado en enviarme todo tipo de articulos o cosas relacionados con el mundo de la literatura: haro999@hotmail.com

Nombre: lola sampere franquesa
E-Mail: lola_PUNTO_sampere_EN_gmail_PUNTO_com
Ciudad: barcelona
País: espanya
Fecha: 10 marzo 2006
  
Mensaje: Hola, sempre he sentit una admiració per la vostra feina, molts escriptors diuen que Carme Balcells és deu, i jo voldria demanar d'enviarl-hi el meu c.v.
doncs, sóc una dona d'una experiencia de 35 anys en el món del llibre i ara fa més d'un mes que estic a l'atur, i la veritat m'agradaria "morir con las botas puestas"
Esperant la vostra resposta i les gràcies per el temps dedicat.
Lola

Nombre: José Abad
E-Mail: abadbaena_EN_wanadoo_PUNTO_es
Ciudad: Granada
País: Espana
Fecha: 9 marzo 2006
  
Mensaje:


"Carvalho vuelve a peinar las calles"


Granada Hoy, 26 de mayo de 2005

-José Abad-







Se nos fue Manuel Vázquez Montalbán, de repente y de manera insólita, lanzando su última bocanada de aire al cielo de Bangkok. Se nos fue Manolo, pero nos queda Pepe, ese detective privado que ha ejercido de cronista nacional durante treinta años, ¡treinta años!, se dice pronto, en un período que va desde el otoño del franquismo hasta la entrada en el nuevo milenio, pasando por las arenas movedizas de la Transición, el auge y declive del socialfelipismo y, vuelta a empezar, el triunfo y berrinche de la derecha chula de José María Aznar y sus delfines… Manuel Vázquez Montalbán se nos murió en noviembre de 2003. La noticia invitaba a la incredulidad, el lugar de los hechos le daba un toque novelesco, improbable: ¿cómo es posible? Tenía tanto por escribir… También mucho escrito. Y gracias a la estrategia de la exhumación los libros de MVM continúan llegando y llenando las librerías, y uno, fiel a sus amigos, ha echado mano de nuevo a los de esa criatura imposible, Pepe Carvalho: ex agente de la CIA y ex miembro del Partido Comunista, apóstata, libertino y algo inquisidor, con una preocupante inclinación por encender la chimenea con los volúmenes de su biblioteca. La editorial Planeta está publicando de nuevo toda la «serie Carvalho» -incluido su libro de recetas-, y a mí me ha permitido renovar algunos ejemplares suyos, manoseados hasta el desgaste, y releerlos, como si fuera la primera vez. Lo que voy a decir es arriesgado, pero es que ante la página en blanco es fácil ser valiente: como Don Quijote, Carvalho nos ha ayudado a entender por qué somos como somos los españoles de hoy.

    Pepe Carvalho vio la luz en Yo maté a Kennedy (1972), una obra miscelánea ambientada en una Washington construida con recortes de prensa y con un John Fitzgerald Kennedy escapado de una zarzuela: como la Madrastra de Blancanieves, Kennedy guarda un espejito mágico al que pregunta: ¿soy el más hermoso de los presidentes? Carvalho es aquí el guardaespaldas y el asesino del mito, pero el tinglado argumental está ideado para desatar la prosa hambrienta del autor y no como una aventura de Carvalho propiamente dicha. Habrá que esperar a Tatuaje (1974) para tener una primera muestra de la novela negra según la entendió MVM, esto es, novela política, crónica social e Historia en marcha, todo en uno. Según la leyenda, en una noche de borrachera con sus amigos José Batlló y Frederic Pagés, despotricando de la novela experimental de entonces, según él: “una mierda ilegible” -un Himalaya al que el propio MVM arrimó su granito de arena-, éste decidió que debía volverse a las historias de guardias y ladrones, como las de antes; Tatuaje podía haberse titulado: «Yo maté a Juan Benet»… Aquí aparece Carvalho como quien es: detective privado, amante sin prejuicios de Charo, una puta de buen corazón; ahí está Bromuro, el limpiabotas soplón, pero falta todavía el buenazo de Biscuter, su Sancho Panza particular. El telón de fondo lo ocupa Barcelona e inunda sus páginas la luz de Las Ramblas y el bullebulle del Barrio Chino. Carvalho quema sus dos primeros libros en la chimenea (Atención a los títulos: España como problema de Pedro Laín Entralgo y El Quijote, en edición de Sopena) y se prepara sus dos primeras cenas en casa: una vez, una caldeirada; otra, un arroz con bacalao… El detective hace una sentencia que es casi una declaración de principios: “Ser español es duro”, que no me digan que no es verdad. Las novelas siguientes están iluminadas por este veredicto.

Puestos a escoger entre los veintitantos títulos disponibles, me quedo con la suculenta porción que abarca desde Tatuaje hasta El balneario, y comprende asimismo: La soledad del manager, Los mares del sur, Asesinato en el Comité Central, Los pájaros de Bangkok y La rosa de Alejandría. Son siete novelas notables que recorren una docena de años decisivos para nuestro país… Tatuaje habla del abismo generacional y político existente entre los hijos del anacronismo franquista y los hijos de éstos, la juventud que maduró en los estertores de la dictadura; los primeros no saben desprenderse de los valores adquiridos en tres décadas de amenaza y deseducación, los segundos quieren otra cosa, no saben bien qué. La soledad del manager (1977) es otra magnífica novela, publicada ya con el Caudillo bajo tierra, en donde se documenta la toma de poder de la alta burguesía en la difícil peripecia de la Transición; el panorama es lamentable: los vástagos de la Revolución del 68, los que se atragantaban con la palabra libertad un decenio antes, ahora lavan los pies de Don Dinero y los secan con lo que queda de sus melenas; los grandes ideales han sido sacrificados a las grandes ambiciones, el mundo sigue y el que se mueva no entra en la foto. Los mares del sur (1979), ganador del Premio Planeta cuando este premio tenía mejores credenciales, cuenta la historia de un empresario con ganas de imitar a Gaugein y escapar, como él, a las islas del Pacífico: el sueño de la huida a tierras lejanas, el mito del paraíso virgen donde gastar los últimos cartuchos, sirven de coro acusador contra una democracia recién estrenada que no estaba dando los frutos deseados: MVM nos muestra un período de contradicciones en el cual quienes mandaron una vez continúan haciéndolo, cambiándose de chaqueta, y quienes fueron víctimas lo son y lo serán con la misma miserable chaqueta de siempre. El deseo de huir, la insatisfacción y el descreimiento son elementos comunes en este ciclo narrativo.

    Asesinato en el comité central (1981) es su obra más politizada. La novela hace una breve panorámica de una década recién estrenada, y una propuesta de reforma, desde dentro, del Partido Comunista Español. No puede hacerse política, venía a decir MVM, con las consignas con que se hizo en la clandestinidad; a Santiago Carrillo no le gustó ni el mensaje ni la novela, pero no es extraño: en definitiva, es un alter-ego suyo quien aparece apuñalado durante una reunión del susodicho Comité. En Los pájaros de Bangkok (1983) el partido socialista se vislumbra en el horizonte y se habla de la visita del difunto Juan Pablo II a la catolicísima España; MVM propone un viaje a la geografía de la aventura, a esa ciudad que lo vería cadáver veinte años después, sin quitarle ojo a los titulares de los quioscos españoles. En La rosa de Alejandría (1984) el PSOE está ya al timón: la crónica de actualidad y la aventura vuelven a ser los ingredientes del cóctel literario, mientras en El balneario (1986) hay abundantes menciones a la prepotente gestión de Felipe González y se da regocijante rapapolvo a las nuevas servidumbres alimenticias y del culto al cuerpo. Con el Tratado de Adhesión de 1986 España había vuelto a soldarse a Europa; habíamos estado medio siglo fuera de juego entre ayunos, penitencias y autos de fe. Aunque algunas cosas no cambiarán nunca: quien tenga el cuchillo por el mango será quien corte el bacalao, Amén, España ya no fue la misma, y quizás Pepe Carvalho tampoco.

Las novelas mencionadas abarcan un período histórico complejo, nuevamente de actualidad: hace unos meses, el revuelo levantado por la retirada de una estatua de Franco de cierta plaza madrileña demostró que la Transición no acabó de poner los puntos sobre las íes ni la izquierda se ha librado aún de costumbres alevosas y nocturnas. Si en mi mano estuviera, éstas que he comentado las sugeriría como lecturas en la licenciatura de Historia. En cada una hay apuntes tomados del vivo de valor incalculable y alguna verdad minúscula que no debería olvidarse. Además son muy divertidas, y esto tampoco tiene precio.





Nombre: warlyn
E-Mail: touchi_lady
Ciudad:
País:
Fecha: 7 marzo 2006
  
Mensaje: lo siento

Nombre: dalia chavez
E-Mail: libertad405_EN_hotmail_PUNTO_com
Ciudad: malaga
País: España
Fecha: 7 marzo 2006
  
Mensaje: Un saludo cordial a ustedes , me gusta la pagina esta muy completa, soy una escritora y me gustaria si pueden enviarme un correo del escritor Manuel Vazquez lo admiro mucho y me gustaria intercambiar opiniones y algún consejo con el, ya que es un gran maestro .

atentamenate

DALIA CHAVEZ
ESCRITORA Y POETA.

Nombre: José Guerola López
E-Mail: jguerola_EN_ono_PUNTO_com
Ciudad: Valencia
País: España
Fecha: 25 enero 2006
  
Mensaje: Con su pérdida y luego con la de Eduardo Haro, nos hemos quedado huérfanos de información sobre la realidad. ¿Quién les suplirá?

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