M.V.M.

Creado el
26/7/1999.


La conjura de los necios

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

EL País, Cataluña, 12 / 3 / 1997


¿Se trata de la misma conjura? ¿Los mismos poderes ocultos que se ciernen sobre la junta directiva del Barça para impedir el Centenario Núñez son los que hacen luz de gas a la pareja Duran-Pujol? El esperado fin de milenio con Pujol al frente de la Generalitat y Núñez del Barça, retablo de un nuevo orden internacional, formaba ya parte del resignado imaginario colectivo y dos generaciones estaban a punto de llegar a la tercera edad pensando que todos los papás se parecen a Núñez y todas las mamás a Pujol y que, en consecuencia, todos los niños se fecundan en Montserrat y luego se crían en La Masia. Pero de pronto Ronaldo se vistió de rey de la samba y Duran Lleida se sintió el Gran Wyoming castigando a los convergentes en lo más íntimo, en su seña de identidad más identificada, la lengua. El Madrid se despega nueve puntos; Pujol, desaparecido en Guatemala; los albaneses, en pie de genocidio; los científicos amenazan con la reproducción clónica de Gil y Gil y consiguen un científico con cerebro de burro y un burro con cojones de científico, mientras el ex marido de Estefanía de Mónaco hace carretillas por las piscinas nevadas de Baqueira-Beret con señoras mal casadas confiadas en conseguir la nacionalidad monegasca y un autógrafo de Ronaldo.

Es decir, poco queda ya de aquella impresión de armonía universal causada por la caída del muro de Berlín y las cuatro ligas de Cruyff. Se descubre que la Casa Blanca es un meublé para sponsors de Clinton y hasta el gran especulador monetario Soros se rasga las vestiduras por el feroz economicismo materialista que lo contamina todo, mientras Mario Conde se pone la toga y Steffi Graff se quita las bragas. No es de extrañar, pues, que ante tamaño desplome de la jerarquía de valores los directivos del Barcelona quieran aconsejar a Robson sobre normalización lingüística y las alineaciones más convenientes y el presidente Núñez tranquilice a los barcelonistas prometiéndoles perder la Liga, la Copa del Rey y la Recopa a cambio de la salvación de su alma, y Pujol se ofrezca como mediador entre Lopetegui y Busquets, ya que no ha sido asumido como moderador en la disputa entre los sindicatos y la patronal a propósito del contrato de Ronaldo con multinacionales de lencería fina para deportistas en flor.

Es de aplaudir que Robson se niegue a que Duran Lleida le haga las alineaciones, hasta ahí podríamos llegar... Y la comisión de arbitraje del turbio asunto albanés ha pedido al presidente Núñez que intervenga para que se respete una vez más la línea Oder-Neisser, a lo que el presidente de la Comisión Autónoma Deportiva del Barcelona Futbol Club ha respondido que Cruyff es el pasado, Robson es el presente y el futuro es imperfecto por naturaleza, como muy bien han sabido pronosticar los 12.000 mejores sociólogos de la Universidad Complutense. Don Nicolás Casaus, Felipe González y Javier Rupérez se han trasladado a Río de Janeiro para convencer a Zagalo de que devuelva a los albaneses el dinero que les ha quitado el Estado, y Duran Lleida ha ofrecido al señor Mussons un puesto en un futuro Gobierno del PP presidido por un hijo natural del Tribunal de Orden Público, fracción Caballeros de la Gran Orden de Malta Torrefacta y Torrebruna.

No es de extrañar que de la confusión nazca la confusión y el noble público del Barcelona silbe a Guardiola cuando les recuerda al pensador de Rodin, a Popescu cuando les recuerda a Guardiola y a Robson cuando les recuerda a Robson. El noble público del Barcelona se silba a sí mismo y saca el pañuelo para despedir sus propias zozobras interiores cada vez que el Barça les condena a la vergüenza de asumir que hay equipos de fútbol que han nacido para hacer la historia y otros para sufrirla. Y cuando Núñez le proponga a Cruyff el cargo de corrector de estilo de sus discursos, los abogados de Cruyff exigirán que el presidente se deshaga de Duran Lleida y forme coalición con Llauradó y con doña Margarita Mariscal de Gante, antes de que Yeltsin abandone Moscú, compre el Español y convierta el estadio de Montjuïc en un patatal para obtener vodka sin alcohol.

Menos mal que Robson no se rinde y a la orilla del campo de fútbol descubre día a día que el fútbol en Barcelona es una procesión de Semana Santa y que los mejores entrenadores, incluso los ingleses, han de aprender a cantar saetas al paso del señor Duran Lleida cuando va a pedirle al Santo Padre su bendición apostólica y el 30% que le corresponde a Pujol, sin que Núñez, a estas alturas, sepa a ciencia cierta si la conjura que gravita sobre el Barça es la misma que gravita sobre la catalanidad toda o si la única manera de llegar al centenario es que el pujolismo no se suceda a sí mismo. Robson ha descubierto que no entiende nada de nada y por eso cada día se explica más y más.