M.V.M.

Creado el
8/1/2001.


Núñez: el bolero del desamor

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

EL PAÍS, 11 / 6 / 2000


Todos los candidatos a suceder a Josep Lluís Núñez caminan sobre su estela con pies de plomo, sin atreverse a criticar a fondo su gestión, a la manera de la transición política en la que izquierdas y derechas decidieron no tirarse la memoria histórica por la cabeza. La desnuñización del Barcelona será lenta porque se teme la persistencia de un nuñismo sociológico, ya hoy por hoy organizado y potencialmente beligerante. La memoria del nuñismo es un bolero del desamor en tres estrofas. En la primera, los tozudos balbuceos del nuevo presidente eran los balbuceos del equipo y el Barça triomfant sólo conseguía la Recopa de Neeskens, la Liga de Venables y éxitos europeos que no conseguían emular las copas de Europa y las ligas del Madrid, ni eI compensador 5 a 0 de la etapa de Montal. No. Núñez no recibía amor por parte de las masas, sino resignación. Y es que el nuñismo alumbró a partir de dos misterios teológicos: la retirada del candidato Sagi y la trashumancia del republicano Nicolàs Casaus a la causa nuñista y de la Virgen de la Merced. También ayudó el apoyo de los dos jugadores más carismáticos en activo, Cruyff y Rexach, que pasaron por encima del cadáver de Ariño y Sagi sin pestañear, a pesar de que Núñez prometía acabar con el lema politizador de que el Barça era más que un club. Acorralado por el motín del Hesperia, se salvó sacándose a Cruyff de la manga y a media docena de excelentes jugadores vascos que le propuso Clemente, base aborigen del dream team.

La segunda estrofa del bolero coincide con la segunda colaboración con Cruyff. El nuñismo y el club viven una gran época y el presidente inaugura su mejor estilo, por fin dueño de sus silencios y no esclavo de sus palabras, asumiendo la politización del Barça hasta el punto de integrar en la junta a varios directivos de CiU y a un socialista. Lucidez de Núñez, mérito de su asesor de imagen, o achicamiento de espacios de Cruyff, los resultados fueron reforzando la hegemonía del holandés y el presidente volvió a tener la sensación de que su gestión no era valorada. La conflictiva ruptura entre Núñez y Cruyff ha condicionado la desgraciada tercera estrofa del bolero, con un Núnez convertido en orador y en demiurgo, dispuesto a gastarse el dinero que hiciera falta para hacer olvidar el dream team y sus apéndices. Aquella quinta de Lo pelat, cuya liquidación, en mi opinión, ha sido el factor fundamental del distanciamiento de la afición en estos últimos años. La quinta creó expectativas y aunque se diga que sus miembros, individualmente y separados, no han alcanzado las dimensiones previstas, ¿qué les hubiera ocurrido a los Ramallete, Seguer, Biosca, Segarra, Gonzalvo III, Bosch, Basora y Manchón, los canteranos del primer gran Barcelona, si hubieran sido traspasados o cedidos con el propósito de desarticularlos?

El barcelonismo no perdonó esta limpieza étnica y agravó su sensación de desarraigo ante las maneras y las prerrogativas de Van Gaal entrenador de ingeniería genética, dispuesto a triunfar libreta en mano y reproduciendo clónicamente el equipo de su pueblo. Van Gaal acabó asumiendo su condición de caricatura de cabo de reenganche. Pero Núñez se sentía querido y admirado por él y Núñez es un sentimental autoritario al que, como a todos, le gusta que le quieran, y frente a la última pañolada no podía salvarse ni salvar a Van Gaal porque no había ningún título futbolístico que sirviera de desquite, y de permanecer como presidente, la pesadilla y la amargura se reproducirían cada vez que el público tuviera la sospecha de que estaba ante un equipo cuya alma se había marchitado entre las páginas de una libreta. Demasiado bolero. Había que terminar con tanto desencuentro, a pesar de lo fácil que la sociedad civil barcelonista puso que Núñez no tuviera alternativa. Tal vez le gustaba conservarlo para sacarle el pañuelo o mirar por la cerradura, a lo Gran Hermano, las relaciones peligrosas entre Núnez y sus entrenadores, especialmente la última que...

Es la historia de un amor como no hay otro igual
que les hizo comprender todo el bien todo el mal
que dio luz a sus vidas, apagándola después
¡Ay pué vida tan oscura, sin tu amor no viviré!
Ya no estás más a mi lado corazón
y en el alma sólo tengo soledad...