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Creado el
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'Okupas'

3/3/1997

Los profetas posposposposmodernos anuncian postrastornos possociales posconsecuencia de la incapacidad integradora del sistema y adivino que en el futuro las inversiones más rentables serán las destinadas a policías privadas y cárceles igualmente privadas. Cotizarán en Bolsa. De momento reaparecen fenómenos de rebeliones primitivas, es decir, rebeliones espontáneas que responden uno por uno a los desórdenes del orden establecido.
En Barcelona el movimiento okupa sabe asumirlo como un síntoma de tiempos peores, lo suficientemente alarmante como para que se hayan pronunciado contra él las máximas autoridades y que los jueces se hayan movilizado para juzgar y condenar okupas a velocidades no conocidas en la justicia española desde los tiempos de Pedro I, el Justiciero para unos, el Cruel para otros.
Toda la morosidad que emplean sus señorías en juzgar a los okupas de guante blanco especialistas en opas agresivas o en fondos tan hondísimos como reservadísimos se convierte en velocidad de cine cómico cuando se trata de abordar este rebrote de anarquismo que merece ser considerado con rigor sociologista, sin caer en la tentación de jalearlo desde cómodas instalaciones del cuerpo y el alma, pero sin reducirlo a un enojoso problema de orden público.
No montemos el espectáculo de cuatro intelectuales bien cebados aplaudiendo la aventura okupa, porque los palos no caerán sobre nuestros lomos, sino sobre los activistas, pero alarmémonos ante la prisa del poder por barrer a los okupas bajo las alfombras y consideremos la cantidad de alfombras necesarias para meter debajo todo lo que no encaja en el pensamiento único vigente, esa apoteosis del hombre libre en la sociedad abierta dispuesto a atravesar la frontera imaginaria del milenio armado hasta los dientes, porque el infierno vuelve a ser los otros.

 

Estadísticas

4/1/1986
Incluido en Felípicas, El País Aguilar, 1994

A mí las estadísticas siempre me cogen por la espalda y cuando me asaltan me obligan a resituarme en los puntos cardinales de mi sabiduría convencional. Últimamente las estadísticas que más me sobrecogen son las que hacen referencia a las condiciones de vida de las clases pasivas y las del paro. Para empezar me reconozco vencido por la táctica empleada por el señor Almunia de convertir las cifras del paro en la entidad aritmética más ambigua o maleable conocida desde los tiempos de Pitágoras. En manos de Almunia, la estadística no es ciencia sino arcilla. El paro siempre baja, eso está claro, pero es que cuando el paro, hijo de la gran chingada, se atreve a subir, Almunia consigue que baje, sea en comparación con el paro del mismo mes del año anterior o de la misma hora, minuto o segundo del día anterior.
Los más cariacontecidos son los parados. Siguen en el paro, pero con las estadísticas en la mano no tendrían por qué estar en el paro. Los que peor lo tienen son esos parados producidos en sectores que según el Ministerio de Trabajo ya no generan paro. Diga lo que diga el Ministerio, hay gente que va al paro con una tozudez que pone a prueba el inmenso esfuerzo que el señor Almunia está realizando para que le cuadren las cifras antes de las próxiams elecciones generales y pueda demostrar que en España aún quedan ochocientos mil puestos de trabajo. No quiero extender mi perplejidad al terreno de las estadísticas que relacionan la inflación con el IVA que viene, porque iría en contra de las reglas más tradicionales que guían la redacción de una columna. A columna por perplejidad, me resisto a creer que el señor Almunia esté dispuesto a demostrar que el blanco es negro antes que hablar desde la sinceridad de la catástrofe.
Y si la catástrofe es menor se debe a la economía sumergida. Menos mal que el señor Almunia conserva la delicadeza de no censar la cantidad de nuevas meretrices y meretrizos que han aparecido en este país dentro de una posible economía sumergida. Pero lo es. Y de una importancia más evidente que las estadísticas del Ministerio. La prostitución como antiguo y nuevo oficio en la Revolución Tecnológica. ¡Marchando un simposio en Cuenca!

 

Semos pobres

14/12/1992
Incluido en Felípicas, El País Aguilar, 1994

Ignoro qué tal se habrán tomado los países europeos que los medios de comunicación españoles hayan abusado del nombramiento de Felipe González como jefe de los pobres de Europa. No sé qué méritos ha contraído nuestro presidente de Gobierno para quitarle ese cargo a su equivalente portugués o griego o irlandés. A mí me parece un humillante cargo de consolación después de lo mucho que se ha presumido de que España podía estar a la cabeza del tren de la prosperidad y la modernidad; y además este puesto de rebajas, de gran liquidación fin de temporada, no concierta, en ninguna sintaxis, con un año de éxtasis como 1992 en el que conseguimos llegar de la nada a la más absoluta pobreza.
Eso sí, la actitud de Felipe González en Edimburgo ha sido enérgicamente pobre. Para empezar, Felipe González y Solana llegaron más tarde que los demás representantes porque tuvieron que hacer la colada de su ropa interior en el lavabo de su habitación. Lástima que las cámaras de televisión, controladas por las multinacionales, no dedicaran la atención debida a los tomates que lucían los representantes españoles en los talones de los calcetines ni el aprovechamiento de los descansos de las reuniones para limpiar los parabrisas de los coches de las delegaciones ricas. La enérgica pobreza de España impresionó tanto a los ricos que decidieron concedernos todo el tiempo necesario para que prosperemos y podamos ocupar en Europa el lugar que nos corresponde. Lo importante no es unir Europa de cualquier manera, sino desde la equidad, y todo aquel país que no pueda pagar un vermú con almejas merece que Europa siga bajo la tutela de los ricos hasta que los pobres dispongan de posibles. Fue muy elogiado el vestuario de Solana y González. Remendado, pero pulcro y bien planchado.


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