M.V.M.

Creado el
17/2/99.



Cuentos sobre el 98

LUIS DE LA PEÑA

EL PAÍS, Babelia, 9 / 1 / 1999.


Portada
La portada.
Gentes del 98 es la segunda entrega de relatos de las tres previstas, que con el motivo del fin de una época, de un siglo, de un milenio, Javier Goñi y Elena Butragueño han ideado para rastrear el estado de nuestra narrativa y, desde ella, ver el sentimiento de nuestros autores con vistas al siglo XXI. En el primer volumen, aparecido en la última primavera, 10 narradores se enfrentaban a una serie de asuntos propuestos en torno al fin de milenio. Ahora es "el 98" el motivo que une a estos relatos, encargados expresamente para la colección. Diez autores que se enfrentan a esa multitud de temas, ya tópicos y algo gastados, que es "el 98". Ahí la pérdida de las últimas colonias, el Madrid finisecular, los narradores de aquella generación o los que nacían en aquel año y que formarían luego el grupo poético del 27.
    Eternamente joven, momificado, Julio Ratapáez recorre, de la mano de Francisco Nieva, de 98 a 98, el Madrid de todo el siglo. Con ese estilo que caracteriza sus novelas, fantasmal y maravilloso, Nieva construye un personaje en el que cabe todo un siglo, un personaje eterno que nos habla de sus andanzas por una ciudad que ha visto pasear a las gentes del 98. Para Andrés Trapiello es el Baroja joven el que representa ese espíritu nuevo que se gesta en el fin de siglo. Manuel Vázquez Montalbán retrata a Franco de pantalón corto, dentro de un retrato de familia acartonado y rancio. Ángeles Caso recurre a uno de sus temas preferidos: Sisí. Aquí se trata del asesinato de ésta a manos de un anarquista, emparentado y, en cierto modo, discípulo de aquel otro que en el verano de 1897 daba cuenta de la vida de Cánovas del Castillo. Cuenta Jesús Pardo cómo Estados Unidos tuvo la idea de comprar la isla de Cuba y, de paso, el Museo del Prado. Luis García Montero se asoma, con un aire indefinido y lejano, al nacimiento de Federico García Lorca. Longares y Leguineche nos recuerdan aquellos días en Filipinas y en Cuba, adonde viaja Juan José Armas Marcelo de la mano de un loco, cuya estirpe pretende heredar el madrileño palacio de Linares, y Alfredo Bryce Echenique mira el siglo desde su mitad, y desde la otra orilla. O desde las dos.
    Un año de eternas, fugaces y pastosas celebraciones se encuentra aquí reunido bajo miradas y estilos diferentes. Desde la escritura de reportaje, periodística en el mejor sentido (Leguineche), hasta el fantasmal personaje momificado y eterno de Nieva, una multitud de registros, de procedimientos y de temas que corroboran de algún modo cada ejercicio estético, y esa visión ya repetida y machacona que tenemos del 98. Detrás de cada relato se descubre la escritura de su autor, en ella se reflejan de manera fiel sus modos, su estilo e incluso sus temas predilectos (Caso y Sisí, Vázquez Montalbán y Franco, Armas Marcelo y Cuba, García Montero y la Granada de Lorca, ...). Un libro, en fin, entretenido, unitario y con agradables piezas menores de autores de diversas procedencias, intenciones y condiciones estéticas. Una guirnalda más para el fin del milenio.